"El Silencio de la Azulejería"
Dicen que en las noches de luna llena, la fachada del Teatro Victoria guarda un secreto imposible de explicar.
Los azulejos que decoran su entrada, obra de Juan Ruiz de Luna, no permanecen quietos como deberían.
Dicen que en las noches de luna llena...
Alegorías de la música y del teatro, retratos de dramaturgos y músicos, y hasta los nombres de viejas zarzuelas, abandonan sus lugares y comienzan a desplazarse en un lento pero implacable desfile sobre la cerámica.
Nadie sabe cómo ocurre. Los testigos aseguran que, llegado el instante, un sopor extraño se apodera de todos los presentes. Los párpados pesan como plomo, las manos tiemblan, y el sueño —aunque breve— resulta inevitable.
Las cámaras, los móviles, las grabadoras, todo deja de funcionar en el mismo segundo. La tecnología se rinde, como si una fuerza invisible apagara el tiempo.
Al despertar, la escena es otra. Los balcones metálicos parecen observar con desdén, los apliques de hierro chisporrotean en la penumbra, y las figuras de la cerámica han cambiado de sitio.
Lo único cierto es que, generación tras generación, la misma advertencia se repite en Talavera:
Nadie sabe cómo ocurre. Los testigos aseguran que, llegado el instante, un sopor extraño se apodera de todos los presentes. Los párpados pesan como plomo, las manos tiemblan, y el sueño —aunque breve— resulta inevitable.
Las cámaras, los móviles, las grabadoras, todo deja de funcionar en el mismo segundo. La tecnología se rinde, como si una fuerza invisible apagara el tiempo.
Al despertar, la escena es otra. Los balcones metálicos parecen observar con desdén, los apliques de hierro chisporrotean en la penumbra, y las figuras de la cerámica han cambiado de sitio.
Los dramaturgos se intercambian miradas que antes no existían, las musas de la música se acercan al oído del espectador ausente, y los títulos de las zarzuelas aparecen en lugares distintos, como si alguien hubiese querido reorganizar la memoria cultural de un país.
Algunos murmuran que las almas de quienes vivieron las glorias del teatro vagan aún por sus pasillos, atrapados en un bucle de espacio y tiempo. Otros dicen que el propio Ruiz de Luna imprimió demasiado de sí mismo en aquella obra, y que los azulejos respiran cada plenilunio.
Algunos murmuran que las almas de quienes vivieron las glorias del teatro vagan aún por sus pasillos, atrapados en un bucle de espacio y tiempo. Otros dicen que el propio Ruiz de Luna imprimió demasiado de sí mismo en aquella obra, y que los azulejos respiran cada plenilunio.
Lo único cierto es que, generación tras generación, la misma advertencia se repite en Talavera:
“No te quedes frente al Teatro Victoria cuando la luna esté llena… porque si te duermes, quizá no despiertes en el mismo lugar donde cerraste los ojos.”
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
(N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña
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