En Toledo, como en gran parte de Castilla, las capas largas, las espadas al cinto y los sombreros de ala ancha fueron muy característicos sobre todo en los siglos XVI y XVII, coincidiendo con la época en que la ciudad era capital imperial con Carlos V y luego sede arzobispal poderosa.
🔹 El sombrero de ala ancha
Apareció en el siglo XVI y se popularizó en el XVII, muchas veces adornado con plumas (rojas o blancas) o cintas y ladeado con cierta gallardía.
Era la moda masculina urbana de la época.
Era la moda masculina urbana de la época.
Se consolidó como prenda de abrigo y de distinción en el Siglo de Oro. Era larga, oscura (a menudo negra) y con vueltas amplias.
La capa castellana: larga, oscura, de paño negro o marrón, le cubre casi todo el cuerpo. Se la echa sobre un hombro con gesto elegante, dejando ver apenas el resto del traje.
La capa castellana: larga, oscura, de paño negro o marrón, le cubre casi todo el cuerpo. Se la echa sobre un hombro con gesto elegante, dejando ver apenas el resto del traje.
🔹 La espada
Hasta finales del siglo XVII era un complemento casi obligado para los hombres de cierta posición en España. No solo tenía valor defensivo, sino también simbólico de honor y estatus. En ciudades como Toledo, famosa por sus espadas, era aún más común.
La espada toledana: de hoja fina y brillante, pende al costado en una vaina trabajada. El puño luce labrado en hierro oscuro o en plata, orgullo de los maestros espaderos de la ciudad.
En tiempos de Carlos V (primera mitad del siglo XVI), las espadas de Toledo alcanzaron un enorme prestigio en toda Europa por la calidad de su acero y la destreza de sus maestros espaderos. Se distinguían por varios rasgos:
🔹 El acero toledano
Era famoso por su resistencia y flexibilidad.
Se obtenía con un proceso de templado muy avanzado para la época, que evitaba que la hoja se rompiera o se doblara.
Longitud: solía rondar entre 90 y 110 cm de hoja.
La espada toledana: de hoja fina y brillante, pende al costado en una vaina trabajada. El puño luce labrado en hierro oscuro o en plata, orgullo de los maestros espaderos de la ciudad.
En tiempos de Carlos V (primera mitad del siglo XVI), las espadas de Toledo alcanzaron un enorme prestigio en toda Europa por la calidad de su acero y la destreza de sus maestros espaderos. Se distinguían por varios rasgos:
🔹 El acero toledano
Era famoso por su resistencia y flexibilidad.
Se obtenía con un proceso de templado muy avanzado para la época, que evitaba que la hoja se rompiera o se doblara.
Longitud: solía rondar entre 90 y 110 cm de hoja.
🔹 Decoración
Algunas espadas se enriquecían con grabados, inscripciones religiosas o emblemas en la hoja, así como dorados y damasquinados.
A menudo llevaban la inscripción: “NO ME SAQUES SIN RAZÓN / NO ME ENVAINES SIN HONOR”.
En resumen, las espadas toledanas de la época de Carlos V eran a la vez armas mortíferas y objetos de lujo, símbolo de prestigio social y del refinado arte de los talleres toledanos.
El rostro: afeitado o con bigote fino, gesto serio y vigilante, pues en aquella época el honor se defendía con acero.
El calzado: botas de cuero alto, gastadas por el empedrado.
👉 En conjunto, este estilo corresponde al Siglo de Oro español (aprox. 1550-1700), época de Cervantes, Lope de Vega y Quevedo.
Algunas espadas se enriquecían con grabados, inscripciones religiosas o emblemas en la hoja, así como dorados y damasquinados.
A menudo llevaban la inscripción: “NO ME SAQUES SIN RAZÓN / NO ME ENVAINES SIN HONOR”.
En resumen, las espadas toledanas de la época de Carlos V eran a la vez armas mortíferas y objetos de lujo, símbolo de prestigio social y del refinado arte de los talleres toledanos.
El rostro: afeitado o con bigote fino, gesto serio y vigilante, pues en aquella época el honor se defendía con acero.
El calzado: botas de cuero alto, gastadas por el empedrado.
👉 En conjunto, este estilo corresponde al Siglo de Oro español (aprox. 1550-1700), época de Cervantes, Lope de Vega y Quevedo.
Imagina una calle estrecha y empedrada de Toledo, con casas de piedra y balcones de madera. Bajo la luz de los faroles de hierro, avanza un caballero.
A lo lejos se alza la torre de la catedral de Toledo, y el ambiente nocturno se llena del eco de pasos y del roce de las capas en las esquinas.
A lo lejos se alza la torre de la catedral de Toledo, y el ambiente nocturno se llena del eco de pasos y del roce de las capas en las esquinas.
El conjunto transmite autoridad, misterio y solemnidad, como si fuera un personaje salido de las páginas de El Quijote o una comedia de Lope de Vega.
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