Yacimiento arqueológico "La Alcazaba" y "Torre Albarrana" - Talavera de la Reina (Toledo)

lunes, 22 de septiembre de 2025

Las almas del templo errante (Iglesia de Santiago El Nuevo) - Talavera de la Reina (Toledo)

Las almas del templo errante (Iglesia de Santiago El Nuevo) - Talavera de la Reina (Toledo)

 
En el corazón de Talavera de la Reina, entre callejuelas que aún guardan el eco de la Edad Media, se alza la Iglesia de Santiago el Nuevo. Sus muros de ladrillo y piedra no solo sostienen siglos de historia, sino también un secreto que pocos se atreven a pronunciar en voz alta: este templo nunca fue del todo cristiano… ni del todo humano.
 
Antes de ser iglesia, sus cimientos conocieron otras oraciones. Dicen que allí hubo primero una sinagoga judía, donde brillaba la Ner Tamid, la lámpara eterna, junto al Arca Santa que guardaba los rollos de la Torá. Aquel lugar de estudio y de plegarias quedó impregnado de voces que nunca se apagaron.
 
 
Más tarde, en tiempos convulsos, se transformó en mezquita musulmana. En el mihrab se orientaban los fieles hacia La Meca, y desde un minarete cercano resonaba el llamado a la oración. El patio abierto, el sahn, acogió pasos y abluciones. También esas voces quedaron presas, atrapadas entre los muros.
 
 
Finalmente, con la llegada de la cristiandad, en pleno siglo XIV, el espacio fue consagrado como Iglesia de Santiago el Nuevo. Allí se levantaron columnas góticas, un ábside poligonal, un amplio rosetón y retablos dedicados al apóstol. Y sin embargo, bajo cada piedra late un recuerdo más antiguo, como si las almas de las tres religiones hubieran quedado condenadas a convivir eternamente en la penumbra del templo.
 
 
Quien entra de noche, asegura que las sombras flotan por los bancos, las paredes y el altar mayor. En el rosetón no se filtra la luz de la luna, sino figuras que parecen vigilar desde el otro lado. El órgano, lejos de entonar cánticos, exhala un viento gélido, como un presagio de lo que allí se oculta.
 
 
Los más osados dicen haber visto a las columnas y las lápidas moverse, crujir como huesos de piedra. La llamada columna de San Vicente gira lentamente sobre sí misma, sin que nadie la toque. 
 
Y en la cruz grabada en la fachada, cuando la noche es más cerrada, brotan destellos como chispas de un fuego imposible.
 

 
Dentro, las imágenes del retablo mayor descienden del altar y caminan; sus cabezas giran, y sus ojos siguen al visitante con mirada acusadora. En las vidrieras se dibujan sombras que gesticulan y que, en un susurro, parecen suplicar: “Vete… antes de que sea tarde”.
 
 
Pero lo más terrible aguarda en la torre. Pocos se atreven a subir al campanario, porque al abrir la puerta se sienten manos invisibles que encienden y apagan la luz de la escalera. 
 
Bajo las campanas —las más antiguas, fechadas en 1601 y 1719— se oyen rezos entrecortados: unos en hebreo, otros en árabe, otros en latín… voces que se entremezclan en un coro imposible de los muertos.
 
En lo alto, donde cuelgan las campanas, el aire pesa como plomo. El eco metálico no siempre es de bronce: muchos aseguran escuchar susurros, plegarias y lamentos de tres credos enfrentados, reunidos para siempre en el mismo espacio maldito.
 

 
Dicen que la Iglesia de Santiago quedó anclada fuera del tiempo, atrapada entre las tres almas de Talavera medieval: la judía, la musulmana y la cristiana. Cada culto dejó su huella, y todas esas huellas se fundieron en una prisión invisible.
 
Y aunque nadie lo cuenta claramente, todos lo saben: en esa iglesia no se ve nada… pero se siente todo.
 
 
Tres oraciones a Talavera
 
Un judío alza su canto,
desde el Arca de la Torá,
la lámpara eterna brilla,
y a Jerusalén mirará.
Mas su corazón se inclina,
entre murallas y río,
hacia Talavera reina,
donde dejó su rocío.
 
Un musulmán abre el alma,
en la quietud de la fe,
desde el mihrab susurrando,
la palabra de Alá es.
Mas al volver la mirada,
más allá de su oración,
ve Talavera dormida,
como un eco en su corazón.
 
Un cristiano eleva el rezo,
ante el Cristo redentor,
su cruz se yergue en el aire,
luz de gracia y de dolor.
Mas entre templos y torres,
donde el Tajo va a cantar,
está Talavera suya,
que lo llama sin cesar.
  
Tres plegarias, tres caminos,
tres estrellas sin frontera,
tres almas que se encontraron
mirando a Talavera.
 
 
Enlaces consultados
 
 
 
 
Iglesia de Santiago el Nuevo (Guía para conocerla) - Talavera de la Reina (Toledo)
https://elrealdesanvicente.blogspot.com/2019/02/iglesia-de-santiago-el-nuevo-guia-para.html?m=1
 
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
 (N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña


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