Tierras de Talavera es el nombre que recibe una amplia comarca, sin entidad administrativa, cuya capital es Talavera de la Reina. Durante la historia ha tenido diferentes extensiones, dependiendo de la importancia adquirida por la ciudad en las diferentes épocas.
Históricamente forman parte de estas tierras las subcomarcas de La Jara, el área urbana de Talavera de la Reina, el Rincón de Anchuras (perteneciente a Ciudad Real) y partes de las comarcas extremeñas del Valle del Ibor y el Campo Arañuelo.
Del mismo modo, desde el año 1833 forman parte de las Tierras de Talavera las comarcas de la Sierra de San Vicente y La Campana de Oropesa, pertenecientes hasta esa fecha a la provincia de Ávila si bien siguieron formando parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Ávila hasta 1837 y del Obispado de Ávila hasta 1955.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Tierras_de_Talavera
COMARCA DE LA CAMPANA
DE OROPESA
La comarca de la Campana de Oropesa y las cuatro
Villas es la más occidental de la provincia, con claras influencias extremeñas
en los usos y los paisajes.
Situada entre las faldas de la sierra de Gredos y el valle del Tajo, es una magnífica tierra ganadera, que se complementa con agricultura intensiva en los cruces de los ríos que la atraviesan.
Situada entre las faldas de la sierra de Gredos y el valle del Tajo, es una magnífica tierra ganadera, que se complementa con agricultura intensiva en los cruces de los ríos que la atraviesan.
La comarca de la Campana de Oropesa y las cuatro
Villas forma un conjunto uniforme de paisaje, cultivos, ocupaciones y
costumbres. Situada en el extremo occidental de la provincia, limita con
Cáceres por el Oeste y Sur -Puente del Arzobispo, Valdeverdeja, La Calzada de
Oropesa y Alcolea de Tajo-, mientras que al Este lo hace con la zona de
Talavera. Corchuela, anejo de Oropesa, es el pueblo situado más al Norte,
respaldado ya por las crestas de Gredos, tras la hondonada del valle del
Tiétar.
NO DEJE DE VER
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Los bordados y trajes típicos de Lagartera
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Una boda típica en Lagartera (consulte fechas)
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El Parador Nacional de Oropesa
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El castillo de los Alvarez de Toledo de Oropesa
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La cerámica de Puente del Arzobispo, y su puente del Arzobispo
Tenorio, con los nidos de vencejos
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El verraco celta de Alcolea de Tajo
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Los carnavales de Valdeverdeja, con el baile ceremonial de los
"animeros" y los trajes típicos
·
Los carnavales de Alcañizo
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El retablo plateresco de Caleruela
·
Los famosos "cerdos de Torralba" (verracos
ibéricos de granito)
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El rollo del s. XV, en Torrico
COMARCA DE LA JARA
Aumentan las zonas escabrosas de La Jara a medida que
nos adentramos en su territorio a partir de Sevilleja de La Jara y camino del
Puerto de San Vicente, por donde se va a Guadalupe...
Tierras que antaño estuvieron ocupadas por bosque en el que abundaban los robles, árbol que hoy ha quedado casi solo para dar expresividad a la toponimia comarcal, -Robledo del Buey, Robledo del Mazo, Robledillo-, está ahora ocupado tenazmente por la jara .
Tierras que antaño estuvieron ocupadas por bosque en el que abundaban los robles, árbol que hoy ha quedado casi solo para dar expresividad a la toponimia comarcal, -Robledo del Buey, Robledo del Mazo, Robledillo-, está ahora ocupado tenazmente por la jara .
El nombre de jara, sin embargo, parece que se deriva
de la voz árabe "Cha'ra" que significa tierra despoblada. La jara es
comarca de escasa población desde sus orígenes, tras la batalla de Alarcos,
hasta que, pasada la victoria de las Navas de Tolosa, se integró en las tierras
y señorío de Talavera.
Hoy la población concentrada en la parte más baja, en Belvís de La Jara y en otras villas grandes como Los Navalmorales y Navalucillos, sigue siendo escasa con núcleos mínimos en Robledo del Mazo, Las Hunfrías, Robledillo, Navaltoril, etc.
Hoy la población concentrada en la parte más baja, en Belvís de La Jara y en otras villas grandes como Los Navalmorales y Navalucillos, sigue siendo escasa con núcleos mínimos en Robledo del Mazo, Las Hunfrías, Robledillo, Navaltoril, etc.
Jarales Comarca eminentemente ganadera, antiguo
asentamiento de colmenas, con una dedicación a la seda -gusanos, moreras-, hoy
desaparecida, levanta, restos de la reconquista, bélicas siluetas en Alcaudete
de La Jara -alcalat-, o en Navamoralejo, con la enigmática ciudad de Vascos,
medieval y despoblada.
Embellecen la comarca los ríos Huso, Frío, Pedroso, Gévalo y Sangrera, creando un paisaje digno de ser contemplado y con unos pueblos tranquilos que conservan las características propias de la vivienda serrana, habitados por gentes sencillas y nobles.
De Clima continental, con temperaturas extremas en
verano e invierno y deliciosas aunque cortas primaveras y no menos gratos
otoños son las características generales del clima en La Jara, no muy distinta
en esto de sus comarcas vecinas.
Las lluvias no son muy abundantes y no suelen llegar, como media anual, a los 80 días con precipitaciones; algunas de ellas en las zonas montañosas suelen ser de nieve en diciembre y enero.
SU FLORA
La jara común (cistus ladaniferus) es reina y símbolo
de la flora de esta comarca, en la que también hay otras cistineas como el
jaguarazo, el jarón, la jarguana, etc. Como también se dan los brezos y los
ludiérnagos, los lentiscos y los retamos, los aulagos y coscojas, etc. Es obvio
decir que tal variedad de flores proporciona calidad a la miel de la comarca.
SU CAZA Y PESCA
Toda la comarca de La Jara, como las restantes
comarcas toledanas, es rica en caza menor, sobre todo liebre,
conejo, perdiz y torcaces. Las liebres permiten la caza con galgo que da fama y
trofeos a los galgos toledanos. Caza mayor, la hay muy abundante
en los pueblos próximos a los Montes de Toledo, como Robledo del Mazo,
Sevilleja de la Jara, o Los Navalucillos, en los que puede cobrarse venados,
jabalíes y corzos. Recordamos también que en Sevilleja de la Jara está el
centro de rapaces ibéricas más importante de España.
La pesca -lucio, boga, barbos- en algunos de los ríos de la comarca, afluentes meridionales del Tajo.
La pesca -lucio, boga, barbos- en algunos de los ríos de la comarca, afluentes meridionales del Tajo.
La gastronomía jareña
Participando hoy de la general de Toledo -perdiz
estofada, asado de cordero, menestra de cordero y legumbres, espárragos y
criadillas de tierra-, conserva platos autóctonos. Concedamos atención a las
migas pastoras, a los embutidos "de monte" -venado, jabalí- y al
asado de cabrito.
Son excelentes las frutas y hortalizas, muy tempranas, de las huertas del Gévalo.
La miel, que en un pasado remoto fue su principal riqueza y cuya calidad "supera a la de la misma Alcarria", es igualmente digna de mención.
Son excelentes las frutas y hortalizas, muy tempranas, de las huertas del Gévalo.
La miel, que en un pasado remoto fue su principal riqueza y cuya calidad "supera a la de la misma Alcarria", es igualmente digna de mención.
Algunos de los platos típicos de la comarca son éstos:
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En Aldeanueva de Barbarroya, moraga de cerdo en la época de las matanzas
caseras
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En Sevilleja de la Jara, migas y cabrito al horno
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En Robledo del Mazo, migas con chorizo y torreznos, embutidos de carne de
jabalí y venado
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En Alcaudete de la Jara, gazpacho, huevos en leche, torrijas de leche,
perrunillas, tortas de anises, cocido, morcillas y chorizos
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En Aldeanueva de San Bartolomé, cocido castellano, estofado de perdiz y
potaje
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En Los Navalmorales, la casca de chorizos y morcilla
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En Santa Ana de Pusa, cocido
SU HISTORIA Y
MONUMENTOS
En esta comarca de La Jara la monumentalidad, con lo
que supone de contemplación estética y de referencia histórica, se encuentra
dispersa. Algunos vestigios de remotas poblaciones -La Estrella, Navalucillos-
algún castillo o torre -Villarejo de Montalbán, Alcaudete de La Jara- que
sobreviviendo a la época árabe sirvieron luego para combatir malhechores;
templos con alguna notabilidad -Los Navalmorales, Mohedas de La Jara, Alcaudete
de La Jara- y la belleza natural de los pequeños conjuntos urbanos destacando
sobre un paisaje por lo general bravío. La Estrella, deriva de
"stela", esto es, lápida sepulcral, ya que en su término se
encontraron varias de la época romana. En Los Navalucillos sucede otro tanto y
los "lucillos" son también piedras sepulcrales, aunque éstas de
origen mozárabe. En Torrecilla de la Jara se hallaron verracos ibéricos.
En castillos destaca Villarejo de Montalbán, donde don
Juan de Austria se ejercitó para las armas. Otra fortaleza, torre más que otra
cosa, es la de Alcaudete, a la que popularmente se la conoció como "Torre
del Cura"...
En templos, destacan Mohedas de La Jara, con una iglesia de los siglos XV y XVI; Espinoso del Rey, que, además de buen templo del siglo XVII, tiene rollo jurisdiccional de un siglo antes.
En Los Navalucillos, la ermita de Nuestra Señora de Las Saleras. La parroquia de
Nuestra Señora de las Angustias en Los Navalmorales. Catedralicia es, por su
amplitud y elegancia, la iglesia de Alcaudete de La Jara, alta nave, airosa
torre, buen exponente del estilo renacentista. No podemos olvidar, al enumerar
los atractivos de la comarca de La Jara, que ésta fue paso obligado hacia
Guadalupe.
En ese pintoresco camino -Puerto de San Vicente, Puerto del Rey-,Piedraescrita conserva en el interior de su templo cerámica talaverana de la mejor factura, realizada en el Renacimiento.
LA ARTESANÍA de La
Jara
Como todas las comarcas toledanas, conserva restos de
un quehacer artesano que fue antaño esencia de su vida y muchas veces su razón
de ser. Hoy, cuando las nuevas formas de vivir condenan a la extinción de
alguna de esas piezas artesanales, se conserva este "hacer cosas con
arte", o como una oferta para el turismo o como una reliquia de la
tradición, o como un embrión de la pequeña industria. En alguno de estos
apartados habrá que incluir la fabricación de muebles o la obra de
guarnicionería que tienen sede en Belvis de La Jara, la cerámica que subsiste
en el mismo Belvis de La Jara o en Los Navalucillos (también con marroquinería),
los trabajos en madera de Los Navalmorales (donde también se hace marroquinería
y se esculpe el mármol), las labores con fibras vegetales de Robledo del Mazo
(cestos de mimbre, sombreros de paja, trabajos de madera a punta de navaja) y
Aldeanueva de San Bartolomé (sombreros, cestos, bolsos, etc, de paja de
centeno), los bordados de Sevilleja de La Jara y Aldeanueva de Barbarroya
(manteles, toallas, colchas).
Forja en Alcaudete de La Jara. Cooperativas de confección, aceites, miel, piensos, industrias cárnicas, textiles, harineras.
Forja en Alcaudete de La Jara. Cooperativas de confección, aceites, miel, piensos, industrias cárnicas, textiles, harineras.
NO DEJE DE VISITAR:
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Las iglesias de Alcaudete de la Jara, Belvís de la Jara, Sevilleja de la
Jara, Los Navalmorales
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Las fiestas de la "soldadesca" en Alcaudete de
la Jara
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Las fiestas de los "gandarros" en Santa María de
Pusa
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La cerámica roja de Belvís de la Jara
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Los sepulcros y enterramientos excavados en la roca de Los
Navalucillos
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Los zócalos de cerámica talaverana del siglo XVI y el
Pantocrator de la ermita de Piedraescrita, cerca de Robledo del Mazo
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Las chorreras de la garganta de las Lanchas, el risco Atalayón, el
Linchero, la plaza de las Moradas, en los alrededores de Robledo del Mazo
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El Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara
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Coto intensivo de pesca Las Becerras, paraje pintoresco
próximo a Los Navalucillos, acampada y pesca de la trucha en un coto zonal
gestionado por Servicios Forestales "Sierra de Paz S.L."
COMARCA DE LA SIERRA
DE SAN VICENTE
La fisonomía general de la comarca es típicamente
serrana; no faltan encinas, robles, alcornoques, enebros y sobre todo,
castaños; en las zonas llanas, en las orillas de los ríos, se cultivan olivos,
vides, hortalizas,... En otoño es un verdadero espectáculo de colores, existe
una fauna protegida de aves como el búho Real, el águila imperial, el buitre
negro o la cigüeña negra un territorio de protección Z.E.P.A y una hidrografía
muy abundante de los ríos: Alberche, Guadyerbas y Tietár. Trascurre la por ella
La Cañada Real Leonesa ,ademas veredas, cordeles y antiguos pasos de la
trashumancia. Las temperaturas muestran la variación térmica de estos
territorios son mas extremas en verano. La ganaderia es importante.
La arquitectura popular desde la iglesia, fortalezas,
castillos, puentes, y todas la arquitectura domestica popular. Todos los
municipios son por si una fuente de inspiración es una comarca ideal para el
senderismo a través del GR ( Gran Recorrido) Senda Viriato que une todos los
Municipios de La Sierra por unos espacios muy sorprendentes para los visitantes
Forma parte del Marquesado de Navamorcuende. El Piélago, cerca de Navamorcuende, dan razón de los valores religiosos con las
ruinas de un monasterio.
La Sierra de San Vicente se llama así porque es
tradición que en una cueva de dicha sierra vivieron los santos hermanos
Vicente, Sabina y Cristeta, que salieron de Talavera, su patria chica, huyendo
de Daciano, pretor romano. Luego fueron mártires en Ávila, en cuya iglesia de
San Vicente están enterrados.
La proximidad a las tierras de Ávila y el haber sido
paso hacia ellas, dan a la comarca un aire teresiano. Teresa de Jesús y en
Almendral de la Cañada nació la beata Ana de San Bartolomé, que fue secretaria
de la Santa.
La Sierra de San
Vicente contribuye a la variedad paisajística de la provincia toledana.
Es una comarca de rico paisaje, costumbres peculiares,
con su propio microclima, a la que dan color y olor las plantas aromáticas de
sus montes, reserva medicinal de incalculable valor. De ellas toman las abejas
sus variedades de miel.
Una comarca sana, que duplica su población en los días
estivales, cuando los forasteros acuden a respirar su aire, beber sus aguas,
gustar sus guisos y participar en las fiestas, llenas de colorido y tradición.
EL CLIMA
El clima es vario y en lo general participa de las
características de la zona central y por lo tanto de la provincia toledana. Sin
embargo, por situación geográfica al mediodía de las sierras de Gredos y su
propio relieve, alturas superiores a la media provincial, ese clima está
dulcificado, de manera que no suelen darse fríos extremos en el invierno y, por
otra parte, el verano resulta de agradables temperaturas, lo que explica que
muchos de los pueblos de la Sierra de San Vicente se hayan convertido en
lugares de veraneo, cada vez más frecuentados.
FLORA
La flora de la Sierra de San Vicente es rica en
cistíneas (jara, jargón, jarguna ... ) que se agrupan formando grandes espacios
(castaños, robles,...).
En los sotos se da el taray y el tarmujo, sin
olvidarse de otros vegetales más extendidos por toda la provincia como encinas,
álamos, frutales, retamas y -en margas y calizas- cereales, olivares y viñedos.
Hay tradición de la riqueza de plantas medicinales en estos lugares serranos.
CAZA Y PESCA
En toda la comarca de la Sierra de San Vicente
abunda el conejo, también la liebre, aunque en menor número; de aves sobresale la perdiz y la siguen palomas, tórtolas y zorzales. La mayoría de los pueblos
tienen acotados sus términos para la práctica de la caza menor.
De caza mayor hay zonas en las que abundan el jabalí y se da el venado.
De caza mayor hay zonas en las que abundan el jabalí y se da el venado.
La pesca se practica en
el Alberche y otros ríos serranos, así como en los embalses de la
comarca. Bogas, carpas y lucios son especies
frecuentes. En algunos parajes se da la trucha.
GASTRONOMÍA
Dentro de las características generales de la
gastronomía toledana, pueden señalarse algunas peculiaridades comarcales y aún
locales. El viajero puede degustar una rica gastronomía del asados la caza
menor y la cabaña ganadera, destacamos la cocina tradicional como los salmorejos, que tiene su base los hígados, las
patatas de puchero, el cocido con aliño, las
orejas a la salsa ,la migas, la chanfaina o los asados de cochinillo.
La mermeladas de la sierra de
productos naturales y los dulces de la comarca
son un delicatesen para los sentidos.
ARTESANÍA
La cerámica de Sartajada y las tallas en madera de Almendral de la Cañada, Hormigos y otros
pueblos, especialmente Mejorada, que entra ya en la industria del mueble. La forja, en Cervera, Cardiel
y otros.
Produce la comarca derivados del cerdo, conservas,
vinos, aceites, miel.
Su riqueza apícola se expresa en variedad de mieles,
fruto de abejas que liban multitud de flores, escaparate de plantas aromáticas
medicinales.
NO DEJE DE VISITAR:
-El toro ibérico de Castillo de Bayuela.
-En Navamorcuende: la Iglesia de Sta Mª de la Nava del S. XVI y Fuente del S. XVIII.
-En Hinojosa de San Vicente: el Castillo de San Vicente, el Convento de las Carmelitas y los pozos de nieve.
-En Castillo de Bayuela: la Iglesia de San Andrés Apóstol del S. XV con el retablo del ceramista Ruiz de Luna, la Picota de la Escuela de Mendoza. El rollo de Cardiel de los Montes. Las fuentes de la Iglesuela y su puente sobre el Tiétar.
-El paisaje pintoresco de toda la comarca en otoño por los castaños. .
-En Navamorcuende: la Iglesia de Sta Mª de la Nava del S. XVI y Fuente del S. XVIII.
-En Hinojosa de San Vicente: el Castillo de San Vicente, el Convento de las Carmelitas y los pozos de nieve.
-En Castillo de Bayuela: la Iglesia de San Andrés Apóstol del S. XV con el retablo del ceramista Ruiz de Luna, la Picota de la Escuela de Mendoza. El rollo de Cardiel de los Montes. Las fuentes de la Iglesuela y su puente sobre el Tiétar.
-El paisaje pintoresco de toda la comarca en otoño por los castaños. .
TALAVERA DE LA REINA
TALAVERA DE LA REINA Y SU ENTORNO.
Talavera de la Reina en estos últimos años del siglo
XX, segundo núcleo de población de Castilla La Mancha, continúa ejerciendo una
gran actividad y liderazgo en todos los sectores de la vida social y económica
comarcal, tanto en los más tradicionales agrícola-ganaderos, como en los
comerciales, industrial-tecnológico y de servicios, modelando lo que será la
ciudad y su comarca en el próximo siglo.
Junto a la ribera del río Tajo, a su paso hacia
tierras extremeñas y lusas, en la mitad occidental de la provincia de Toledo,
se extiende una antigua e histórica ciudad: Talavera de La Reina. Centro vital
de una amplia comarca, que comprende más de un centenar de pueblos de varias
provincias.
A unos pocos kilómetros de Madrid (115 km - Autovía E - 90) y Toledo ( 80 km),
aparece con nombre propio en el año 181 a.de C. en los escritos del historiador
romano Tito Livio.
La toponimia de
Talavera va cambiando acorde con las dominaciones: romana Caesarobriga, en los siglos III y IV después de Cristo, fue
ciudad agrícola y ganadera en la que se rendía culto a la diosa romana del
trigo Ceres, con presencia de Villas romanas como la de Saucedo en Talavera La
Nueva y del primer ceramista talaverano conocido, Calvinus, que producía vasos
decorados de figuras o marcas hispánicas.
De la Talavera visigoda,
Élbora o Ébora, destacan el regalo que Liuva II hizo a Talavera de una imagen de la
Virgen del Prado en el año 602, así como que la fiesta en honor de la diosa
Ceres, las populares y ancestrales Mondas, se cristianizaran y el cortejo se
encaminara desde entonces hasta nuestros días en alabanza a la Virgen del
Prado. La Fiesta de las Mondas, declarada de
interés turístico, tiene lugar cada año durante la semana de Pascua, con estas
fiestas los talaveranos celebran las cosechas del año en esta comarca agrícola
y ganadera, cruzada por cañadas.
La Talavera musulmana
(Talabayra) desde el verano del año 713 hasta la conquista por Alfonso VI en
1083, conoce el crecimiento y engrandecimiento con la construcción del primer
recinto amurallado de los tres con que ha contado Talavera, se caracterizaba
por tener adosadas 16 torres albarranas, baluarte defensivo fortificado a la
vez que atalaya, y figura central en el campo del escudo de Talavera.
A la dominación musulmana se debe igualmente el Alcázar, palacio que fue de doña María de Portugal, que al contraer matrimonio con
don Alfonso XI en 1328, recibió del monarca el dominio de la ciudad que desde
entonces pasa a denominarse Talavera de la Reina. Es en 1369
cuando Talavera pasará a pertenecer al Arzobispado de Toledo. Pervive parte del
segundo recinto de la muralla, que arranca en
la calle de Carnicerías, y junto a ella está la Puerta de Sevilla (abierta en el muro por el cardenal Quiroga, en
1579 para facilitar la entrada de mercaderes, ante la insuficiencia de la
Puerta del Río), el Torreón de Zamora y los
restos de la plaza de San Miguel.
El antiguo puente romano, el Puente Viejo, fue destruido por los árabes en su huida de Talavera y mandado reconstruir
por el Arzobispo don Pedro González de Mendoza en 1483, aprovechando algunas
cepas romanas y construyendo en ese mismo estilo, motivo por el cual es aún
conocido como el Puente Romano.
En el siglo XIII, el rey Alfonso X el Sabio concedió a
Talavera el privilegio de que se hicieran "cambios de ganado, y se ponga
justo precio y que todos los que concurran a estos tratos sean amparados por el
Concejo".
El hijo y sucesor de Alfonso X, Sancho IV, otorgó a
Talavera en 1294 por Privilegio Real , cuyo interesante e histórico documento
se conserva en al Archivo Municipal "que ayan Feria en Talavera daquí
adelante para siempre". Lo que dió paso a la creación de la Alhóndiga,
casa pública para la compra-venta de mercaderías y alrededor de la cual se
establecieron posadas, comercios y puestos para el trato que desde entonces han
dado carácter a la ciudad. En los últimos años del siglo XIX el auge de las
ferias con el trasiego de gentes y ganados que acudían por Mayo y Septiembre,
ensanchan los límites de la ciudad y aparecen nuevos barrios.
A este gran desarrollo contribuyó la línea de
ferrocarril Madrid - Talavera - Cáceres - Portugal. En la actualidad, el Mercado Nacional de Ganado, situado en el
Kilómetro 123 de la Autovía E-90 e inaugurado por S.M. el rey don Juan Carlos I
en al año 1994, desarrolla sus actividades con las tecnologías y servicios de
máxima calidad que le han permitido integrarse en la Red Europea de Mercados.
Durante los siglos XV y XVI experimentaron las Ferias
de Talavera un gran auge, coincidiendo con el nacimiento y actividad de algunos
de sus más ilustres vecinos, como Fernando de Rojas (autor inmortal de la obra
cumbre del Teatro Español "Comedia de Calisto y Melibea", es decir,
"La Celestina"), miembro durante muchos años del Concejo y aún Alcalde
Mayor que llegó a ser de Talavera. Fray Hernando de Talavera, confesor y
consejero real, que en 1487 preside la "Junta de Salamanca", para
analizar los Proyectos de Colón. El gran músico Francisco de Peñalosa. El
ilustre jurista Fray García de Loaysa y la insigne figura del Padre Juan de
Mariana, Cronista Real de Felipe IV e inmortal historiador, cuya figura puede
apreciarse junto al actual Ayuntamiento en la obra del escultor Eugenio Duque.
Junto a la reafirmación de Talavera como centro
comercial y ferial, en el siglo XVI, los alfares
talaveranos, coincidiendo con la llegada a la ciudad de Jan Floris para realizar
la azulejería del Alcázar de Madrid en 1562, inician la que en el siglo XVII
será la Edad de Oro de la cerámica talaverana, ciudad que por la
cantidad, calidad y variedad de su producción cerámica comenzó a se conocida
como la Ciudad de la Cerámica, y sus piezas solicitadas desde dentro y fuera de
la Corona de España.
La elaboración cerámica, así como todas las
actividades cotidianas de la vida de Talavera se vieron afectadas por su
participación en la Guerra de la Independencia frente a los ejércitos
napoleónicos. En sus tierras tuvo lugar en 1809 la Batalla de Talavera.
Con posterioridad, la actividad cerámica talaverana
resurgió en el primer tercio de este siglo de la mano de un ilustre ceramista y
su taller, Juan Ruiz de Luna, el que junto a
otros maestros artesanos, elevaron la calidad técnica y artística de la
cerámica talaverana y española, mediante el conocimiento, estudio y experimentación
de los materiales y técnicas, tanto tradicionales como de su tiempo.
Las actividades artesanales, y muy singularmente la cerámica, continúan
formando parte de la vida de talleres actuales, en los que el buen hacer
ceramista sigue siendo imagen de marca de Talavera. Artesanías destacadas
también son el trabajo del cuero por
guarnicioneros, la elaboración de muebles y la talla de madera, entre otras
labores artesanales que siguen realizándose con gran maestría.
No podemos despedir esta "visita a Talavera"
, sin hacer mención a un ganado muy especialmente vinculado a la ciudad y sus
habitantes: el toro bravo y las Fiestas de los
Toros.
Con una tradición taurina tan manifiesta, que ha
quedado impresa en su escudo de armas, con dos toros flanqueando el arco de la
Torre Albarrana, como símbolo de la relación intensa desde siempre con los
toros, y por supuesto, con las fiestas que hasta la actualidad han convertido a
Talavera en una plaza histórica de la Tauromaquia, por la que han pasado y
pasan todas las figuras del toreo.
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