Nació en Villanueva de Gállego (Zaragoza), el 24 de julio de 1848 y murió en Madrid, el 1 de noviembre de 1921.
Fue un pintor español, director de la real Academia de España en Roma y del Museo del Prado.
Su primer cuadro de importancia fue El rapto de las sabinas para las oposiciones a la pensión de la Academia española en Roma, al que siguió en 1878 Doña Juana la Loca, como trabajo de dicha pensión.
Por este colosal cuadro obtuvo medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes (España) de 1878 y una medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1878.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Francisco_Pradilla
La reina doña Juana la Loca, recluida en Tordesillas con su hija, la infanta doña Catalina (Museo del Prado, 1906)
Con posterioridad a la crisis del 98 hubo un resurgimiento muy específico de la pintura de historia, con un carácter casi de reconstrucción de ambientes del pasado.
Pradilla era el artista más dotado para ello por su virtuosismo y logró plasmarlos de un modo sorprendentemente vivo en obras como La reina doña Juana la Loca, recluida en Tordesillas, con su hija, la infanta doña Catalina (del que existen dos versiones en el Prado de 1906 y 1907).
https://www.museodelprado.es/actualidad/exposicion/francisco-pradilla-1848-1921-esplendor-y-ocaso-de/f0192505-a29d-0faa-45d5-5e7a405e839a
https://www.museodelprado.es/actualidad/exposicion/francisco-pradilla-1848-1921-esplendor-y-ocaso-de/f0192505-a29d-0faa-45d5-5e7a405e839a
Juana I de Castilla
Nacimiento: 6 de noviembre de 1479, Toledo
Fallecimiento: 12 de abril de 1555, Tordesillas
En el cuadro, un óleo sobre lienzo de 85 x 146 centímetros, se recrea una estancia del castillo de la localidad vallisoletana de Tordesillas en el que estuvo recluida la reina Juana I de Castilla, apodada «la Loca», junto al féretro de su marido, Felipe «el Hermoso», del que —según varias leyendas— no quiso separarse.
En dicha habitación, presidida por una gran chimenea gótica, se encuentra doña Juana sentada junto a un ventanal, desde donde mira hacia el espectador sin atender a su hija, la infanta Catalina. Junto a la chimenea, una dama de la reina y una criada hilando observan a doña Juana.
En dicha habitación, presidida por una gran chimenea gótica, se encuentra doña Juana sentada junto a un ventanal, desde donde mira hacia el espectador sin atender a su hija, la infanta Catalina. Junto a la chimenea, una dama de la reina y una criada hilando observan a doña Juana.
Al fondo de la sala se puede apreciar, a través de una puerta entreabierta, una nueva estancia en la que se encuentra el féretro con los restos mortales de Felipe «el Hermoso».
Desde 1990 la obra forma parte la colección permanente del Museo del Prado, y fue exhibida en la exposición temporaria "Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)", entre el 6 de octubre de 2020 y el 14 de marzo de 2021.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/La_reina_do%C3%B1a_Juana_la_Loca,_recluida_en_Tordesillas_con_su_hija,_la_infanta_do%C3%B1a_Catalina
Desde 1990 la obra forma parte la colección permanente del Museo del Prado, y fue exhibida en la exposición temporaria "Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)", entre el 6 de octubre de 2020 y el 14 de marzo de 2021.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/La_reina_do%C3%B1a_Juana_la_Loca,_recluida_en_Tordesillas_con_su_hija,_la_infanta_do%C3%B1a_Catalina
Junto al ventanal que vierte su luz más intensa al cuadro... se camuflan dos piezas de cerámica que bien podrían ser "talaveranas"... pues en el siglo XVI el resurgimiento de la misma estaba en todo su esplendor.
Una de ellas la "benditera" colgada en la pared, y la otra el jarrón que se sustenta con tres pies... ambas parecen tener tonos azules y amarillos...
Escena que muestra a Doña Juana recluida en la parte palaciega del convento de Santa Clara en Tordesillas. En el lado izquierdo de la composición, aparecen la reina sentada junto a una gran ventana, vestida de luto y su hija Catalina. La ventana está abierta a un paisaje y cuenta con una vidriera de cristales de forma circular y color verde. Sobre el alféizar reposan un gran libro abierto, un tintero, un ánfora, un jarrón de cerámica y unas llaves. En la pared cuelgan una pila cerámica, una cruz, una jaula con un pájaro, un rosario y unas tijeras. Al fondo, en el muro frontal, una puerta enmarcada por una yesería mudéjar deja entrever el féretro de Felipe el Hermoso en una oscura estancia iluminada sutilmente por una vela y una pequeña ventana con vidriera. A continuación, un gran hogar-chimenea en arco carpanel enmarcado en un arco conopial aloja el fuego que caldea la estancia, y, delante de este, dos mujeres sentadas acompañan a la soberana. Una de ellas, de mayor edad, viste de negro y lleva en su cabeza una toca blanca. Aparece hilando lana con un huso y a su lado se ve una devanadera. La otra dama porta un atuendo de mayor riqueza y a su izquierda aparece una mesita con unos libros y una palmatoria. A la derecha se representa un espacio cerrado por rejas y con pinturas en sus muros. Sobre el suelo, cubierto en parte por alfombras, se hallan esparcidos una serie de juguetes de la infanta. La atmósfera de desolación y tristeza se hace patente en esta representación. La obra es de gran teatralidad, cualidad propia del género histórico y de la estética de la época. El interior de la estancia está inspirado en el palacio del Duque de Frías en Ocaña. En la obra se observan pequeños detalles como los vestidos, adornos y objetos que evidencian el rigor arqueológico y que transmiten una perfecta ambientación histórica. | |
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