La localidad se encuentra situada en el valle del Tiétar, entre las sierras de San Vicente y Gredos. Concretamente está situado en el límite norte de la
provincia de Toledo, lindando con la de Ávila.
Pertenece a la comarca de la Sierra
de San Vicente. La Iglesuela linda con los términos municipales de Mijares y Casavieja al norte, La Adrada y Fresnedilla al este, en la provincia de Ávila, El Real de San
Vicente y Almendral de la
Cañada al sur, y Sartajada al oeste, en la de Toledo.
Se desconoce la
fecha de su fundación aunque parece ser que ya existía en la época romana,
por los restos arqueológicos hallados, como varios dólmenes y los puentes del
río Tiétar y la garganta de Torinas.
En la época de los árabes era una villa independiente, pero tras la
reconquista pasó a pertenecer a la Comunidad de Villa y Tierra de Ávila.
En 1393 la localidad, como aldea perteneciente a La Adrada (aunque ya en
1591 la localidad contaba con más vecinos que la La Adrada), se independiza
junto a esta última del territorio abulense mediante la formación del señorío
homónimo de La Adrada, que comprendía también los núcleos de La Adrada, Sotillo de la Adrada, Piedralaves, Casavieja, Fresnedilla y Casillas.
Otra
peculiaridad de La Iglesuela es la abundancia de fuentes tanto en el casco
urbano, donde llevan el nombre del barrio en el que se sitúan, como en los
alrededores.
Casi
todas están abovedadas con sillares de piedra y tienen lavaderos o pilones para
beber el ganado, también labrados en el mismo material. Junto al pueblo, en las
agradables praderas de El Ejido hay varias, una de ellas algo más ornamentada y
con un largo abrevadero para facilitar el acceso a los rebaños numerosos de
ovejas.
La iglesia
parroquial es del siglo XVI construida en estilo herreriano, aunque no hace
honor al nombre del pueblo, ya que no es ésta una “iglesuela” sino más bien un
templo de interés con grandes proporciones, especialmente la torre. Su perfil
es peculiar por ser de menor altura la nave principal que la capilla mayor.
La aldea consiguió
durante el reinado de Felipe IV jurisdicción propia,
comprándosela al señorío de La Adrada en
1641. Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando La Iglesuela experimentó su
gran crecimiento económico. Es esta época se construyeron la mayoría de
edificaciones que hoy conocemos. Como los Pozos de agua, los molinos, el tejar,
la mayoría de viviendas y por su puesto la actual iglesia.
Al igual que la mayoría de pueblos de la comarca de la Sierra de San
Vicente, La Iglesuela perteneció a la provincia de Ávila hasta 1833, cuando pasó
a la de Toledo. Pero no fue hasta el 1955 cuando dejó de tener vinculación
eclesiástica, dejando de pertenecer a la diócesis de Ávila para hacerlo en la
de Toledo.
Monumentos
·
Puentes romanos: se habla en el pueblo de la
existencia de dos puentes romanos, uno que se encuentra en el camino que lleva
al vecino pueblo de Sartajada, en la Garganta Torinas. Y otro en la carretera
de Casavieja,
sobre el río Tiétar.
·
Pozos de agua romanos: hay cuatro en el pueblo y
otros cinco en los alrededores, perfectamente conservados.
·
Iglesia parroquial de Santa María de la Oliva:
construida en el siglo XVI. En su torre y tejados anidan las cigüeñas.
·
Ermita de la Virgen de la Fuensanta: en perfecto
estado de conservación.
·
Ermita del Cristo de la Sangre: actualmente en
ruinas, aunque se está intentando recuperar el edificio y su retablo.
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