QUIEN VIVIERA MIL AÑOS PARA RECORDAR...
TUS CAMPOS, PUEBLOS Y PAISAJES...
QUIEN RETUVIERA EN SUS OJOS, OÍDOS Y MANOS...
TODO AQUELLO QUE HOY TENEMOS...
(Dedicado a nuestros pueblos toledanos...)
El Zorro...( The Fox)
La vieja Torre Medieval...
Escudo de Toledo
El Puente de olvidadas piedras...
Tarjetas para el olvido...
Cielo azul y campo verde...
Llueve sobre el campo verde...
¡Qué paz! El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
Se apaga el sol; de la choza
de la huerta se ve el valle
más verde, más oloroso,
más idílico que antes.
Llueve; los álamos blancos
se ennegrecen; los pinares
se alejan; todo está gris
melancólico y fragante.
Y en el ocaso doliente
surgen vagas claridades
malvas, rosas, amarillas,
de sedas y de cristales...
¡Oh la lluvia sobre el campo
verde! ¡Qué paz! En el aire
vienen aromas mojados
de violetas otoñales.
Cigüeñas viajeras...
Libro al futuro y Libros viejos...
Hiciste con tintas indelebles
Mi mente esta fiel mi carne,
Mis ojos gotearon de roció.
“Y en brazos ya de Morfeo
mis ojos perdieron el sueño
El mapa al paraíso...
Epílogo de un final inacabado...
Paisajes y
Poesías (El Real de San Vicente y pueblos de su alrededor...)
TUS CAMPOS, PUEBLOS Y PAISAJES...
QUIEN RETUVIERA EN SUS OJOS, OÍDOS Y MANOS...
TODO AQUELLO QUE HOY TENEMOS...
(Dedicado a nuestros pueblos toledanos...)
El Zorro...( The Fox)
‘El zorro que piensa’
Imagino el bosque en este instante de la
medianoche:
Algo más está vivo
Además de la soledad del reloj
Y esta página en blanco donde se
deslizan mis dedos.
Por la ventana veo estrellas:
Algo más cercano
Aunque más profundo en lo oscuro
Entra en la soledad:
Fría, delicadamente como la oscura
nieve
El hocico de un zorro toca ramitas,
hojas;
Dos ojos siguen un movimiento que ahora
Y de nuevo ahora, y ahora, y ahora
Deja limpias huellas en la nieve
Entre árboles, y con cautela una sombra
Truncada la rellena un tocón y un
cuerpo
Hueco que se atreve a venir
Por los claros del bosque, un ojo,
Un verdor basto y profundo,
Brillantemente, concentradamente,
Se ocupa de sí mismo
Hasta que, con súbito y caliente hedor de zorro,
Entra en el oscuro agujero de la
cabeza.
Aún no hay estrellas; hace tic-tac el
reloj,
La página está escrita.
Ted Hughes
La vieja Torre Medieval...
La Plaza tiene una
torre
“La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
Ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama,
su dama y su blanca flor”.
Antonio Machado
Escudo de Toledo
TOLEDO
Con la bufanda del río
Toledo se abriga del frío.
Con la campana mayor,
se quedó sordo un señor.
Con la tajada del tajo
un perro se vino abajo
y los árabes con destreza
convirtieron el agua en
belleza.
Fijaos bien en lo que os
digo:
quinientos curas y
ochocientos mendigos
forman este pueblo que
corte ha sido.
—Comprensión y pesetas a
Usía pido,
que yo soy de los guías en
mejor “guío”.
Comprensión y pesetas le
pido a Usía,
yo soy de los turistas el
mejor guía.
—¡Vean la Sinagoga y el
Alcázar Real,
disfruten con el entierro
del Conde Orgaz!
(En Zocodover hay un
autocar,
y en el Tajo una viuda se
ha echado a navegar.)
La ciudad está vieja
y no va más,
aún llegan al encanto de su
agonizar,
vamos turistas, vamos allá,
¡antes de que caigan la
noche y la Catedral!
GLORIA FUERTES
El Puente de olvidadas piedras...
EL PUENTE
Qué mansa pena me da!
El puente siempre se queda y el agua siempre se va.
El río es andar, andar
hacia lo desconocido;
ir entre orillas vencido
y por vencido, llorar.
El río es pasar, pasar
y ver todo de pasada;
nacer en la madrugada
de un manantial transparente
y morirse tristemente
sobre una arena salada.
El puente es como clavar
voluntad y fundamento;
ser piedra en vilo en el viento,
ver pasar y no pasar.
El puente es como
cruzar aguas que van de vencida;
es darle la despedida
a la vida y a la muerte
y quedarse firme y fuerte
sobre la muerte y la vida.
Espejo tienen y hechura
mi espíritu y mi flaqueza,
en este puente, firmeza,
y en este río, amargura.
En esta doble pintura
mírate, corazón mío,
para luego alzar con brío
y llorar amargamente,
esto que tienes de puente
y esto que tienes de río.
Manuel Benítez Carrasco
El Remanso (Río Tiétar)
¡El río se adormece
entre arreboles
en el agua serena del
remanso...
borda el sol
filigranas de luz oro
en el claro cristal
adormilado...!
Su espuma teje encajes
en los juncos,
y arpegios susurrantes
en su albura,
chispas de luz,
iridiscentes ascuas
reverberan diamantinas
su hermosura.
Añosos olmos de la
verde orilla
en albura de plata se
reflejan...
¡hay un velo mirífico
de embrujo
celando el río, los
olmos, la ribera!
La brisa riza arrullos
en su albeo
en adagio bordado de
purezas...
hay un silencio azul,
ecos de magia
donde el río espejo,
se detiene y sueña...
Danzan libélulas con
mariposas,
fantasías etéreas y
hechizadas...
oro en la tarde,
armonías, transparencias,
¡ en el remanso, quedó
dormida el agua.!
Ángeles Marcos
Tarjetas para el olvido...
Una tarjeta y una flor
Una tarjeta con dedicatoria y una flor,
una tarjeta hecha por tí,
una tarjeta y una flor me dedicabas
una tarjeta llena versos y palabras,
Una tarjeta que me llegaban hasta el alma,
Una tarjeta para conquistar el corazón,
un detalle que releía cada día,
un escrito de un tierno amor,
Cada día eran escritos hermosos llenos de amor,
Las tarjetas siempre llevan una flor,
las tarjetas llevaban el sentir del corazón,
ahora esas tarjetas son remplazadas por palabras de amor,
ahora me dices que me amas,
pero aún extraño las tarjetas y una flor,
si esas tarjetas eran especiales,
esas tarjetas me llevaron hasta el altar,...
Borealara
Cielo azul y campo verde...
Llueve sobre el campo verde
¡Qué paz! El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
Se apaga el sol; de la choza
de la huerta se ve el valle
más verde, más oloroso,
más idílico que antes.
Llueve; los álamos blancos
se ennegrecen; los pinares
se alejan; todo está gris
melancólico y fragante.
Y en el ocaso doliente
surgen vagas claridades
malvas, rosas, amarillas,
de sedas y de cristales...
¡Oh la lluvia sobre el campo
verde! ¡Qué paz! En el aire
vienen aromas mojados
de violetas otoñales.
Juan Ramón Jiménez
Cigüeñas viajeras...
Volando va blanca cigüeña
Llevando en su pico encomienda,
Regalo conduce a vivienda
Viajando graciosa y risueña
Trabaja la gran mensajera
Dejando en el cielo hermosura,
Transporta a una tierna criatura
Que amor de pareja le espera
El ave aletea en presura
Haciendo labor con cariño,
Dichoso se encuentra su niño
Y observa feliz aventura
Grandiosa canción tararea
Al hijo encargado de amor,
Cantando a este ser con vigor,
Poniendo alegría a tarea...
Libro al futuro y Libros viejos...
Libro al futuro
Libros Viejos
"En
el olor de un viejo libro"
Cual sinfonías en mis oídos,
de
suaves notas musicales,
que
recorren mis sentidos
¡Es
tu voz, tan inolvidable!
Hiciste con tintas indelebles
en
lienzo blanco con pinceles,
mi camino hacía tus vergeles
mi camino hacía tus vergeles
de
aromas de rosas y claveles.
¡Ay!
¡ qué imborrable es la tinta !
galopes estos que yo siento,
galopes estos que yo siento,
así
dibujaron dulce tus labios,
remembranza
mías de anhelos,
Aun
pasara miríadas de años.
Mi mente esta fiel mi carne,
y
anhelando fiel en el verbo
razón
acepta, comprende.
Mis ojos gotearon de roció.
en
el bullir de aguas de un río,
¡Oh!
fuego apaga tu mi hastió.
“Y en brazos ya de Morfeo
mis ojos perdieron el sueño
murió
la flor, en total olvido,
en
el olor de un viejo libro”.
Ojitos verdes
El mapa al paraíso...
POEMA CON MAPA
Yo tuve un mapa que llevaba al país de Dios.
Lo olvidé en un bolsillo del pantalón que entregué
a la lavandería. Compuse una canción
rogando que apareciera, que se hiciese el milagro
y dándomelas de bueno saludé con reverencias
al cura del pueblo. Yo quería
encontrar la paz, no en los sepulcros
sino en las aceras soleadas de la calle Martí.
Cierto es que el pueblo tenía mucha historia
y al final de la calle una pera de hierro
caía una y otra vez, moliendo chatarra y sueños
en un círculo de agua vencida.
En el parque crecían árboles de alabanzas
y uno se extraviaba dándole vueltas
mientras las auras se fajaban allá arriba
y acá abajo, por los despojos
de nuestros pobres muertos.
El camino al cementerio era de cal y siempre
la zampoña se oía de la fundición al camposanto
y los niños corrían a cambiar botellas
por algodón de azúcar y otras ignorancias.
Yo tuve un lente grande para mirar el mapa
y le prometí a nuestros fantasmas
guiarlos al país de Dios,
Alfonso Quiñones
Epílogo de un final inacabado...
Un poema desesperado
La mañana,
negra aún con las estrellas de la noche,
vomita el frío de un Enero que golpea
corazones y cólicos.
Ella,
apenas un latido bajo el edredón
intenta dormir, consumida,
por encima de la Noche.
Yo,
¡mierda!
no encuentro el Nolotil
y no amanece.
negra aún con las estrellas de la noche,
vomita el frío de un Enero que golpea
corazones y cólicos.
Ella,
apenas un latido bajo el edredón
intenta dormir, consumida,
por encima de la Noche.
Yo,
¡mierda!
no encuentro el Nolotil
y no amanece.
Luis Eduardo Aute
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