Del Italiano buco, y éste del latín, se refiere al
‘hueco’ o ‘boca’. Trabuco sería una derivación de ‘por la boca’, o ‘a
través del hueco’, expresión que hace referencia tanto a su condición de arma
de avancarga
como a su boca acampanada.
Generalmente se cargaba con una sola bala de plomo, pero también podía utilizarse con más de un proyectil; es decir, con balas de menor tamaño (perdigones). Esta arma no era muy precisa por naturaleza, y, aunque tuvo usos militares, se utilizaba, generalmente, para disparar a blancos múltiples en vez de a un solo objetivo en concreto.
Durante el combate el arma era muy imprecisa, y rara vez acertaba en el blanco seleccionado, impactando en otros objetivos o en ninguno. Es por esto que esta arma era más útil en los abordajes, durante las batallas navales, donde el combate era a corta distancia.
Para cargar el trabuco se procedía de la siguiente forma:
- Se introducía pólvora negra
dentro del cañón, por la boca de éste.
- Luego se la compactaba,
presionándola contra el fondo del cañón.
- Se introducía la estopa por la
boca del cañón para aprisionar la pólvora.
- Después se colocaba la bala o munición, dentro del propio cañón.
- Por último, había que poner
pólvora fina en la cazoleta, que comunicaba el mecanismo de disparo con la
carga propulsora a través del oído.
- De esta forma ya estaba listo
para ser disparado. Al hacerlo, se esperaba que las chispas producidas por
el pedernal prendiesen la pólvora, lo que muchas veces no sucedía (debido
al humedecimiento de la pólvora).
- Una vez disparado, se reiniciaba el procedimiento de carga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario