lunes, 25 de marzo de 2013

Puente "Vettón" en La Iglesuela (Toledo) - La 8ª maravilla del Mundo


Tenía un vago recuerdo de niño.... de bañarme en un río con un puente muy bonito.....
También recordaba que mucho después, estuve con mis padres y con mi hermana aquí...

Y cuando llegué, comprendí que no estaba equivocado....

                         Yo ya había estado en este lugar.....









Puente "Vetón" - La Iglesuela (Toledo)

Un lugar que hay que conservar, por su extremada belleza y por su ambiente en plena naturaleza. Un lujo para los 5 sentidos......

Se oyen las ramas de los árboles moverse por el viento, se oye el agua descender del río Tiétar, se oyen a los pájaros cantar.....

AQUÍ HAY UN TROZO DE PARAÍSO......



Las siete maravillas del mundo antiguo eran un conjunto de obras arquitectónicas que los helenos, especialmente los de la época helenística, consideraban dignas de ser visitadas; por ser para ellos como monumentos a la creación y el ingenio humano.
Aquí se dejaron la 8ª maravilla.....







Algunas fotos están realizadas con un filtro digital para "envejecerlas"....





4 secuencias prácticamente de la misma fotografía con filtros distintos....






Se han realizado 58 fotografías tomando distintos ángulos....







Filtros "artísticos"











Vista del puente de la carretera y abajo también la luna desde aquí mismo....





La calzada de "adoquines" de piedra se conserva muy bien, es posible que por aquí pasaran las legiones para hacer frente a Viriato....






Fotos realizadas desde el agujero que hay dentro de la caseta (encima del puente). Todavía no me explico cómo es posible, que se permitiera esta atrocidad, dañando la estética de este monumento.....






El color del río Tiétar, era un azul fantástico que resaltaba con el "verdor" de la orilla....









Y salió el sol y un rayo parece caer del cielo....





El sol intentaba salir entre las nubes.... Había estado lloviendo todo el día.....
Pero al llegar aquí paró mágicamente....















Un poco de Historia...


Los vetones (en lat. vettones) fueron el demónimo que los historiadores griegos y romanos emplearon sobre el conjunto de los pobladores prerromanos de cultura celta que habitaban un sector de la parte occidental de la península ibérica y que compartían un denominador más o menos común.

Su asentamiento tuvo lugar entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias españolas de Ávila y Salamanca, y en parte de las de Cáceres, Toledo y Zamora. 

En la parte del oriente de Portugal también existen ejemplares de una de sus creaciones más características, los verracos de piedra.




En líneas generales los vetones limitaban con los pueblos vacceos al norte, con los astures al noroeste, al este con los carpetanos, al sur con los oretanos, túrdulos y célticos y al oeste con los lusitanos. Es posible que también entraran en límite con el territorio arevaco al noreste.

Su cultura se caracterizó por su carácter guerrero y ganadero. Las diferentes comunidades vetonas estaban dirigidas por una «estratocracia» que controlaba los recursos, en particular el ganado.

Construyeron asentamientos defensivos en zonas elevadas; algunos ejemplos que han llegado a nuestros días son los castros u oppida de Ulaca, El Raso, Sanchorreja, Las Cogotas o el de Mesa de Miranda




El concepto Vetonia como ente etno-político es probablemente un producto posterior fruto de la nueva organización territorial de la Hispania romana que realizó Augusto en los últimos estertores del Siglo I a. C.




Arqueológicamente, el territorio vetón corresponde al que ocupa la cultura denominada Cogotas II o de los verracos; esta cultura se desarrolla a partir del siglo V a. C. como una evolución de la cultura preexistente, Cogotas I, de finales de la Edad del Bronce, sobre la que influye la progresiva llegada de pobladores indoeuropeos.




La construcción de murallas de los castros salmantinos y abulenses en la segunda mitad del siglo V a. C. denota un incremento de la riqueza y los recursos de la comunidad, necesarios para hacer frente al coste económico y humano (horas de trabajo invertidas en la construcción en detrimento de tareas productivas primarias) de la edificación de dichas defensas.

En este incremento de la riqueza debieron jugar un gran papel los contactos con sociedades más avanzadas del sur de la península y la influencia de los pueblos colonizadores, con quienes se realizaban intercambios a través de una ruta prehistórica que luego dará origen a la Vía de la Plata.


En torno al 500-400 a. C. se produjo un cambio profundo en el interior de la península. La puesta en práctica de nuevas tecnologías agrícolas (proceso de deforestación, conversión de zonas de bosque en pastos y campos para el cultivo) provocó que los asentamientos fuesen más grandes y de ocupación más prolongada (sedentarización), además de un crecimiento demográfico y una mayor jerarquización social.





Las murallas que se van construyendo tienen sillares angulosos y de gran tamaño, aparecen torres de planta cuadrada, como en La Mesa de Miranda, aumenta la superficie ocupada de los poblados, como en Las Cogotas o Salamanca, y se fundan otros nuevos, como El Raso.

Es ahora cuando se observa que existen jerarquías entre ellos, y los poblados que son más importantes se organizan en barrios, talleres, zonas de santuario, mercados... Estos poblados fortificados de la Segunda Edad del Hierro reciben el nombre de Oppida, palabra que empezó a usar Julio César para los grandes asentamientos de la Galia.



Se podría pensar que gracias a la influencia de Roma la sociedad vetona se fue convirtiendo en una sociedad urbana. Algunos textos dan testimonio histórico de que la primera toma de contacto entre los vetones y los romanos fue en el año 193 a. C., en la campaña del pretor Marco Fulvio Nobilior, que vence y hace huir en el oppidum de Toletum a un ejército formado por carpetanos, vetones, vaceos y celtíberos.


En el año 61 a. C., Julio César fue nombrado gobernador de la Hispania Ulterior y, con el pretexto de erradicar las rapiñas de vetones y lusitanos, hizo que la población abandonase los poblados fortificados y bajase al llano, mediante actuaciones militares entre el Duero y el Tajo. Además prohibió la construcción de fortalezas.




Origen y «celticidad»

Martín Almagro Gorbea considera «evidente» que los vetones pertenecieron a un conjunto de pueblos prerromanos calificable como celta por sus características culturales





               Puente "Vetton" - La Iglesuela Vídeos (22-03-13)

 




Dedicado a "Curro" (vecino de la Iglesuela) y a la gente que le acompañaba, con los que tuve el gusto de charlar sobre este sitio y que me indicaron en dónde estaba el molino de agua (se encuentra más arriba.....)

Que demuestra una vez más, que en los pueblos de Toledo hay gente noble, amable y fantástica.....


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