Yacimiento arqueológico "La Alcazaba" y "Torre Albarrana" - Talavera de la Reina (Toledo)

domingo, 24 de agosto de 2014

Provincia de Toledo (Trabuco toledano)

El trabuco es un arma de fuego de avancarga, de grueso calibre, con un cañón corto y usualmente acampanado. Es un predecesor de la escopeta, adaptado para servicio militar y defensivo. El término dragón designa un trabuco recortado al tamaño de una pistola. Fue utilizado en el siglo XVIII.

Del Italiano buco, y éste del latín, se refiere al ‘hueco’ o ‘boca’. Trabuco sería una derivación de ‘por la boca’, o ‘a través del hueco’, expresión que hace referencia tanto a su condición de arma de avancarga como a su boca acampanada.


Usada en el siglo XVIII, se carga por la boca del cañón y se dispara mediante una llave de chispa. Esta arma es la predecesora de la escopeta.
Generalmente se cargaba con una sola bala de plomo, pero también podía utilizarse con más de un proyectil; es decir, con balas de menor tamaño (perdigones). Esta arma no era muy precisa por naturaleza, y, aunque tuvo usos militares, se utilizaba, generalmente, para disparar a blancos múltiples en vez de a un solo objetivo en concreto.
Durante el combate el arma era muy imprecisa, y rara vez acertaba en el blanco seleccionado, impactando en otros objetivos o en ninguno. Es por esto que esta arma era más útil en los abordajes, durante las batallas navales, donde el combate era a corta distancia.



Para cargar el trabuco se procedía de la siguiente forma:

  • Se introducía pólvora negra dentro del cañón, por la boca de éste.
  • Luego se la compactaba, presionándola contra el fondo del cañón.
  • Se introducía la estopa por la boca del cañón para aprisionar la pólvora.
  • Después se colocaba la bala o munición, dentro del propio cañón.
  • Por último, había que poner pólvora fina en la cazoleta, que comunicaba el mecanismo de disparo con la carga propulsora a través del oído.
  • De esta forma ya estaba listo para ser disparado. Al hacerlo, se esperaba que las chispas producidas por el pedernal prendiesen la pólvora, lo que muchas veces no sucedía (debido al humedecimiento de la pólvora).
  • Una vez disparado, se reiniciaba el procedimiento de carga.

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